Errores humanos que cometemos con los perros

Todas las personas que somos fans de las mascotas tendemos a quererlos y cuidarlos como a un miembro más de la familia, porque al final del día, eso es lo que son.
Sin embargo conforme más tiempo pasamos con nuestro perrito, tenemos una tendencia a olvidar que es un perrito con necesidades propias de su especie que no se alinean con las de las personas.
Te listamos unos cuantos errores humanos que cometemos con los perros, para que sepas si has cometido alguno y como puedes mejorarlo. Recuerda que la meta es siempre tener un perro balanceado, sociable y tranquilo.

Errores en casa: el riesgo de la humanización.

1. Dar besos y abrazos: lo sentimos, pero un perro no entiende estos gestos de la misma manera en que las personas lo hacen; ocasionalmente al lamerte podrían estar reciprocando el afecto, pero lo más probable es que te este diciendo “estas muy cerca, alejate”.
   Si al abrazarlo notas que entrecierra los ojos, o se lame mucho la nariz: suéltalo. Estas señales expresan estrés por sentir truncado su instinto de “pelear o huir”.
2. No respetar su espacio: si tu perro esta alejado de ti, pero se encuentra echado y/o durmiendo, déjalo ahí. No le hables para que te acompañe ni llegues a acariciarlo incesantemente. Algo vital en un perro equilibrado es la habilidad de calmarse a si mismo, sin la constante presencia de su humano junto a el o ella.
3. Dormir juntos: es quizá el más común de los errores humanos que cometemos con los perros. Como dijimos, un perro necesita saber estar solo, y acostarse con ella o él diario, durante 8 horas (si eres de los que duerme bien) no le permitirá lograrlo. Este hábito genera apego, dependencia, y puede desencadenar en problemas de conducta.
   Si tu perro no tiene ningún problema quedándose solo en casa, un historial agresivo, problemas conductuales: adelante, dormir con él no debe generar mayor problema. Si por el contrario, tu perro experimenta algún problema de conducta y duerme contigo, el primer paso es dejar de hacerlo.
4. No esterilizar: Es el problema de humanización más grande. Los perros no se ponen tristes si nunca tienen hijos; no sufren depresión cuando los esterilizas, y no necesitan “probar las mieles del amor” (por decirlo decirlo de una manera) al menos una vez. Todas esas preocupaciones, incluida la famosa “no lo esterilizo porque le quito su hombría” son conceptos humanos que ellos no tienen y solo les estamos reflejando.
   Los perros no esterilizados: tienen más probabilidad de desarrollar cáncer, problemas hormonales que desencadenan en agresiones, y en hembras, se pueden dar los embarazos psicológicos y una depresión al no ver cachorros teniendo las hormonas de un embarazo.

Errores humanos que cometemos con los perros en su educación y cuidado.

1. No socializarlos: un perro necesita convivir con su misma especie para poder desarrollarse mejor, de lo contrario puede confundirse a si mismo como un humano, o bien, puede reaccionar agresiva e impulsivamente cada que ve a otro perro fuera de casa. Jugar contigo y su juguete no es suficiente, siempre le será bueno jugar con otros perros y aprender a relacionarse con ellos.
2. No estimular su mente: un perro casero, al no tener mucho que hacer en su casa (sobretodo si es perro único) necesita estimulaciones que cansen su mente para que liberen estrés en ellas y posteriormente puedan descansar bien. Estimulación puede significar: enseñarle comandos a aplicar en paseos, trucos como dar la pata o echarse, e incluso juegos y juguetes que impliquen algún tipo de exploración y memorización.
3. Dar direcciones confusas: Al aplicar el punto anterior, es importante tener en cuenta un comando especifico para cada acción que quieras que realice, y nunca mezclarlos para no confundirlo. Un error muy común al querer que no hagan algo, es gritarles por su nombre en vez de un simple “NO”, esto los confunde porque al escuchar su nombre ellos solo asimilan que les estas hablando, pero no saben para que o cual es la dirección. Si tienes dos o más perros y quieres especificar a quien te refieres, primero di NO y continuas con su nombre, nunca al revés, de lo contrario no funcionará.
4. Descuidar su salud: puede ser de muchas maneras, como descartar algún síntoma persistente como pasajero o normal (vómitos frecuentes, heces poco firmes, etc.), no estar pendiente de su calendario de vacunas y desparasitación o darle mucha comida humana y no variar su alimentación con nutrientes y vitaminas adecuadas para su especie.

Errores en paseos.

1. Permitir un paseo ansioso: si tu perro se jala mucho en los paseos, no es normal ni gracioso, quiere decir que tiene mucha energía mal canalizada, o que no sabe como pasear contigo, y por lo tanto, no hará caso a los comandos que le des. No tenses la correa, porque entonces el interpreta tu tensión como miedo y puede entrar en modo protector. No avances si continua jalándose, poco a poco hace la asociación de que un jalón no es igual a avanzar y tendría que dejar de hacerlo. Cada que veas un cambio en su actitud de paseo y se vea más tranquilo, recompensalo con palabras de aliento y afecto “buen chico”, “bien hecho”, etc.
2. Pasear sin correa: Te sorprendería la cantidad de personas que creen que su perro pasea bien porque “siempre lo obedece”. No es que no sea posible, es que toma mucho tiempo y trabajo educar a un perro para que logre un paseo sin correa donde no represente una amenaza para otros, y la mayoría de quienes lo hacen, si no se toman un momento para poner una correa, menos se van a tomar un momento para educar bien al perrito. Incluso tomando en cuenta que fuera un perro excelente en paseo manos libres, los demás, humanos y perros, a su alrededor no tienen manera de adivinar que este es el caso.
3. Escudarlos demasiado de cosas que le asustan: esto es muy difícil porque no queremos ver a nuestro mejor amigo asustado ni temblando de miedo, pero para un perro es mejor enfrentarlo a sus temores, que vivir cuidándolo de ellos (sobretodo si lo abrazas para darle “comfort”, esto es especialmente malo). Enfrentándolos a aquello que les da miedo los ayuda a asimilar que no es algo dañino, que pueden convivir con ello, y sobretodo previene ataques de ansiedad y locura en donde salgan corriendo, poniendo su vida en riesgo.

Es importante aclarar que con estos puntos no queremos decirte que estás mal, ni son algún tipo de reclamo. Es solo estar conscientes de que nuestro perro es un ser vivo con necesidades propias, que no siempre se alinean con las de nosotros. Tener esto en cuenta es la llave para darle la mejor vida posible.